Silencio

domingo, 24 de febrero de 2008
Como densa bruma
que parece
no querer levantarse
tras varios días encontrando
acomodo sobre mi espalda,
un pesado silencio
me envuelve, me encadena,
un silencio que ensordece
con sus afiladas notas
carentes de vida,
sombría banda sonora
para días sin música.
El silencio
viene de la mano
de una oscuridad cegadora
que no permite dibujar en la realidad
ningún destello por ser
nacido de mi ilusión.
Cualquier atisbo de luz
que parece querer derribar
el muro de las tinieblas
no es más que un agujero negro
que se lleva consigo
esbozos de sueños
y brotes de esperanzas.
Pero no es lo peor soportar
este silencio,
esta pesada piedra oscura
que se cierne sobre mis hombros,
lo peor es no saber
hasta cuándo no veré nada,
hasta cuándo no oiré nada,
cuánto tiempo seguiré sin saber nada
respirando bajo este negro manto
hasta ahogarme en el silencio de la soledad.

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