Cuando el ángel decida volver, José Ignacio Lapido

lunes, 28 de julio de 2008




Cuando el ángel decida volver
Se encontrará con la ciudad vacía
Las tuercas oxidadas pero abiertas las heridas
Cuando el ángel decida volver

Cuando el tren llegue al anochecer
No habrá música de bienvenida
Esfumada la esperanza y apagadas las colillas
Cuando el ángel decida volver

Nos verá contando hasta tres
Justo antes de emprender la huida
Tomaremos el fracaso como punto de partida
Y el amor como dogma de fe
Cuando el ángel decida volver

Creo recordar que alguien cantó
Lo mismo en otra canción
"Cansado de esperar"

Cuando el ángel decida volver
Será el momento de que rompan filas
Los que lucharon en la guerra y los que fueron a la mina
A buscar algo en lo que creer

No tendremos nada que perder
Y se hará real la fantasía
Preparad los epitafios y poned la otra mejilla
Cuando el ángel decida volver

5 comentarios:

Anónimo dijo...

He decidido volver, pero no soy un ángel.
Vuelvo de nuevo y encuentro algo parado este blog que tanto aprecio y con el que he aprendido tanto. Supongo que la competencia del apasionante (xd) código de circulación puede más.

Un saludo y espero que una vez pasado el trámite circulatorio te vulva a encontrar por aquí

Anónimo dijo...

"vulva" ???? en fin, hay que escribir despacio...y repasar.
vuelva

Anónimo dijo...

hola Raquel
no estoy segura pero supongo que serás tú,la de clase
empezando por este blog
que es tal y como tú eres
siempre con tanta cultura ^^
intentaré pasarme proximamente.
un besOoOo

(Goretti)

Anónimo dijo...

Ey q tal?? bueno me paso por aquí porque hacía mucho q no venía y porque me tienes un poco abandonado... Me debes algún que otro café, y no te los voy a perdonar xD
En fin se me ocurrió que quizás te gustase un poco esto http://es.youtube.com/watch?v=eLOowAkrK04&feature=related Puede q lo conozcas porque es un poco famoso. Julián, muchos recuerdos si ves esto, ahora que nadie puede pensar que te estoy haciendo la pelota, jeje. 2 días, Raquel!! venga un abrazo

Anónimo dijo...

Ei Andrés, ¡oido cocina!

Julián