[Verdad efímera], Gabriel García Márquez

viernes, 18 de abril de 2014


   Aturdido por dos nostalgias enfrentadas como dos espejos, perdió su maravilloso sentido de la irrealidad, hasta que terminó por recomendarles a todos que se fueran de Macondo, que olvidaran cuanto él les había enseñado del mundo y del corazón humano, que se cagaran en Horacio y que en cualquier lugar en que estuvieran recordaran siempre que el pasado era mentira, que la memoria no tenía caminos de regreso, que toda primavera antigua era irrecuperable, y que el amor más desatinado y tenaz era de todos modos una verdad efímera.


Gabriel García Márquez, Cien años de soledad, Cátedra, Madrid, 2007 (1967), p. 532.

4 comentarios:

Pedro Sánchez Negreira dijo...

Hoy es un día teñido de tristeza.

Un abrazo,

Raquel Vázquez dijo...

Sí, es triste. El consuelo: saber que no se ha marchado del todo; la certeza de que, a cada lector, nos habrá dejado un Macondo para siempre.

Abrazo, y un Buendía de cumpleaños.

Auroratris dijo...

Nos dejó su huella, nos queda su recuerdo. Y como él dijo: olvida el que tiene memoria y recuerda el que tiene corazón.
Besos.

Raquel Vázquez dijo...

Aurora:
Un acierto traer esas palabras para recordarlo.
Besos.