Seis haiku para un día

domingo, 13 de enero de 2008

La lluvia azota
con fuerza en la mañana.
No es buen presagio.

Después, la lluvia
no es capaz de encontrarte.
Llora tu ausencia.

Pasan las horas.
Mientras todos se alegran,
me vuelvo sombra.

Busco estar sola
para así desahogarme.
Nadie me entiende.

El aire dentro
me quema cuando tú
no lo compartes.

Fuera, la lluvia
se confunde en mi rostro
con tristes lágrimas.

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