Entre rejas

martes, 17 de junio de 2008
Un preso condenado a cadena perpetua
sueña con la Libertad
que se encuentra tras la valla.
Aceptando la imperturbable firmeza
de los barrotes, se conforma
al contemplar lo que las rendijas
le permiten dibujar del inalcanzable otro lado.


(Pero el preso tiene miedo ahora
a que la incorruptible autoridad del tiempo
decida tapiar las oquedades de la valla

y entonces quede encerrado,
definitivamente,
en su propia oscuridad.)

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