Juego de cartas, Max Aub

martes, 28 de diciembre de 2010
Dulce Tita:

Te has echado encima una tarea imposible. ¿Cómo era Máximo? De una sola manera: como creías que era. ¿Que los lunes lo veías azul, y verde los martes? Confórmate, por mucho que te digan los demás, por mucho que añadas y amontones, por mil dudas que hagan surgir para ti: era azul los lunes y verde los martes.
Ya sé que conformarse con los recuerdos no es cosa fácil. Prueba.
Te quiere

(Ilegible)



Dorotea:

¿Para qué preguntas? Fui un día a su casa citando antes a Carmen en un café del centro para estar segura de encontrarle solo. El imbécil no se dio cuenta (sabiendo lo que yo había hecho), no le pasó por las mientes que me tenía a su absoluta disposición. Era de acción retardada. Cuando se dio cuenta fue tarde y ya sin tiempo. Lo volvió a intentar, al principio me presté. Luego ya no, y eso que anduvo tras mí como animal en celo, pero entonces le tocaba a Víctor. Te acordarás; sí, mujer, tu marido.

Esperanza


Querida Nieves:

Carmen me escribió que «Máximo ha muerto». Con esas palabras empieza su carta para ver si de la impresión me iba yo también al otro mundo. Asegura que no sé lo que perdí. La que no lo sabe es ella. Jamás hubo otro como él —para mí—. Tú sola estabas en el secreto. No sé qué hacer; no me voy a volver loca —como suelen decir—, lo estoy de recordarle y saber que nunca volveré a verle pisar el umbral de tu casa. ¿Qué va a ser de mí?

Aurora



Querido Alonso:

Entre los papeles de su despacho encontré esta nota: «La rapté, la maté. No podía hace otra cosa. Se cerraba el círculo. Si no hubiese resistido, porfiada, nada hubiera pasado. Pero tal vez era necesario que sucediera lo que pasó para que yo me sucediera a mí mismo».
No tengo la menor idea de a qué y a quién se podía referir. Tú me dirás. No te preocupes: no lo aguantaba ni el sillón en el que se sentaba.

Teodoro



Max Aub, Juego de cartas, Cuadernos del vigía, Granada, 2010.

Ilustraciones: Jusep Torres Campalans

0 comentarios: