La herida, Luis Alberto de Cuenca & David Mena

sábado, 9 de abril de 2011
LA HERIDA

Nada, ni el sordo horror, ni la ruidosa
verdad, ni el rostro amargo de la duda,
ni este incendio en la selva de mi cuerpo
que amenaza con no extinguirse nunca,
ni la terrible imagen que golpea
mis ojos y tortura mi cerebro,
ni el juego cruel, ni el fuego que destruye
esa otra imagen de armonía y fuerza,
ni tus palabras, ni tus movimientos,
ni ese lado salvaje de tu calle,
impedirán que encienda en tu costado
la luz que da la vida y da la muerte:
tarde o temprano sangrará tu herida,
y no será momento de hacer frases.
Luis Alberto de Cuenca



El incendio, René Magritte


LA HERIDA (VARIACIÓN DE UN TEMA DE LUIS ALBERTO DE CUENCA)

Pero se cerró tu herida y de golpe pasaron los días como una bandada enloquecida de cuervos. Pronto, uno tras otro, fueron sucediéndose en fila todos los tipos que he sido para mirarse cómo iban arrojándose, junto a la luz y los recuerdos de aquel tiempo, al fondo de la memoria.

Y puede que tanta palabra resulte inútil, pero te has ido y vuelvo a estar paseando solo en este jardín amargo que forman las horas. Poco más, juntando palabra tras palabra, como un idiota. Tu herida se ha cerrado. Tomo asiento, saco unas cuartillas, busco el bolígrafo de entonces. Pasó aquello que era la vida, ha llegado, me digo, el momento de hacer frases.


David Mena, La novia de King Kong, Berenice, Córdoba, 2011, página 63.

1 comentarios:

Lara dijo...

me encanta!