[Tenemos que soportar], Sándor Márai

lunes, 28 de enero de 2013
 Melancolía, Edvard Munch


   Pero en el fondo de tu alma habitaba una emoción convulsa, un deseo constante, el deseo de ser diferente de lo que eras. Es la mayor tragedia con que el destino puede castigar a una persona. El deseo de ser diferentes de quienes somos: no puede latir otro deseo más doloroso en el corazón humano, porque la vida no se puede soportar de otra manera que sabiendo que nos conformamos con lo que significamos para nosotros mismos y para el mundo. Tenemos que conformarnos con lo que somos, y ser conscientes de que a cambio de esta sabiduría no recibiremos ningún galardón de la vida: no nos pondrán ninguna condecoración por saber y aceptar que somos vanidosos, egoístas, calvos y tripudos; no, hemos de saber que por nada de eso recibiremos galardones ni condecoraciones. Tenemos que soportarlo, éste es el único secreto. Tenemos que soportar nuestro carácter y nuestro temperamento, ya que sus fallos, egoísmos y ansias no los podrán cambiar ni nuestras experiencias ni nuestra comprensión. Tenemos que soportar que nuestros deseos no siempre tengan repercusión en el mundo. Tenemos que soportar que las personas que amamos no siempre nos amen, o que no nos amen como nos gustaría. Tenemos que soportar las traiciones y las infidelidades, y lo más difícil de todo: que una persona en concreto sea superior a nosotros, por sus cualidades morales o intelectuales. Esto es lo que he aprendido en setenta y cinco años de vida, aquí, en medio de este bosque. Pero tú no has podido soportarlo.



Sándor Márai, El último encuentro, Salamandra, Barcelona, 2012, pp. 122-123.
 

2 comentarios:

Auroratris dijo...

Son muchas cosas las que tenemos que soportar, unas más llevaderas, otras menos soportables, pero... es lo que hay.
Me gusta tu post y me quedo en tu blog, si te parece.
Un saludo.

Raquel Vázquez dijo...

Yo soy inconformista, y creo que ésa es la forma adecuada de afrontar la vida, pero (me temo que) también estoy de acuerdo con el fragmento: lo que no se puede cambiar, lo que no depende de nosotros... eso sí que no queda más remedio que aceptarlo.

Muchas gracias por tu comentario y tu visita. Espero que por aquí encuentres textos acogedores que ayuden a que la estancia te resulte agradable.

Saludos.

Raquel