[El fondo de las cosas], Jerôme Ferrari

lunes, 4 de julio de 2016
 Fluir, Masao Yamamoto


   Pero lo que el lenguaje de los hombres expresa con tanta torpeza se puede comprender de inmediato en una ecuación de una concisión y de una simplicidad tales que ocultan la toxicidad de la misma. Puesto que mucho antes de tomar la forma de las desigualdades matemáticas a las que debe su incomparable belleza, el principio consistió primero en su convicción de que nunca llegaremos al fondo de las cosas, no en virtud de una maldición o de la debilidad de nuestras facultades, sino por la razón definitiva y radical que, justo antes de despedirse de mí, la joven profesora, tendida hacia mí por encima de la mesa que me protege de su furor y de su indignación, me revela en ese instante: porque las cosas no tienen fondo.


Jerôme Ferrari, El principio, Random House, Barcelona, 2016, p. 34.
 

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