[Miedo], Mircea Cărtărescu

sábado, 31 de marzo de 2018
Dolor y memoria, Hiroaki Nakatsugawa


¿Quién me encerró en esta urdimbre demente de quarks y electrones y fotones? ¿Por qué tengo órganos y tejidos como los de los escarabajos y los reptiles? ¿Qué tengo que ver yo con mis dedos, mi casa, mis estrellas, mis padres, mi piel? ¿Por qué no recuerdo el tiempo anterior a mi nacimiento? ¿Por qué no puedo recordar el futuro? He sentido siempre tanto miedo del mundo en el que me encuentro enterrado que, al fin y al cabo, no puedo evitar pensar que la realidad es tan solo miedo puro, miedo helado. Vivo con miedo, respiro miedo, trago miedo, seré enterrado en miedo. Transmito mi miedo de generación en generación, tal y como lo he recibido también yo de mis padres y mis abuelos.


Mircea Cărtărescu, Solenoide, Impedimenta, Madrid, 2017.

[Siempre vemos en lo presente...], Andrea Köhler

jueves, 29 de marzo de 2018
Yosuke Takeda

Siempre vemos en lo presente alguna cosa más de lo que está estrictamente presente. [...] La actualidad de un objeto siempre es deficiente con respecto a la palabra que lo nombra.

Andrea Köhler, El tiempo regalado. Un ensayo sobre la espera, Libros del Asteroide, Barcelona, 2018.

[El animal en el que vivimos], Mircea Cărtărescu

martes, 27 de marzo de 2018
Estación & cruce en Shibuya, Martin Englund 


Nos equivocamos de medio a medio cuando contemplamos la realidad como un todo inmutable, simple y básico, puesto que ella es, de hecho, el animal más tortuoso, más estratificado, más lleno de órganos, túetano, tubos, grasas y cartílagos que se pueda imaginar. El animal en el que vivimos, el gusano anélido de carne formada por el polvo infinito de estrellas.


Mircea Cărtărescu, Solenoide, Impedimenta, Madrid, 2017.

[Pedir a la razón...], Ander Mayora

domingo, 25 de marzo de 2018
Concord River, Koichiro Kurita


Pedir a la razón que corrija la realidad es como pedirle a la rama que corrija el tronco.


Ander Mayora, El páramo, Trea, Gijón, 2018.

[Se diría que el sueño...], Andrea Köhler

jueves, 22 de marzo de 2018
Natalia Drepina


Se diría que el sueño es nuestro arrendatario de por vida: en él la espera que es nuestra existencia ha encontrado su forma más constante. Pero quién sabe si no será al revés, y seamos nosotros el sueño que sueñan los muertos.


Andrea Köhler, El tiempo regalado. Un ensayo sobre la espera, Libros del Asteroide, Barcelona, 2018.

[Un insomnio erótico], Ángel Gabilondo

lunes, 19 de marzo de 2018
Yoshiyuki Iwase


También es un insomnio erótico no dormir por una palabra que nos falta.


Ángel Gabilondo, Por si acaso, Espasa, Barcelona, 2014.

[El metrónomo], Mircea Cărtărescu

sábado, 17 de marzo de 2018
Latido, Jesùs Leguizamo 


Tal vez el latido de nuestro corazón no sea sino el metrónomo que mide el tiempo que nos conceden para encontrar la respuesta.


Mircea Cărtărescu, Solenoide, Impedimenta, Madrid, 2017.

[Esperamos], Andrea Köhler

viernes, 16 de marzo de 2018
Michel Kirsh


Esperar es una lata. Y, sin embargo, es lo único que nos hace experimentar el roer del tiempo y sus promesas. Hay infinitas formas de demora: la que llega con el amor, la visita al médico, la espera en el andén o en el atasco. Esperamos: al otro, la primavera, los resultados de la lotería, una oferta, la comida, al adecuado, y a Godot. Esperamos la llegada del cumpleaños, del día festivo, de la suerte, del resultado del partido y del diagnóstico. Una llamada, la llave en la cerradura, el próximo acto o la risa tras el chiste. Esperamos a que cese el dolor, a que nos encuentre el sueño o se aplaque el viento. Holganza, desvarío o aburrimiento: en el apretado calendario de las horas regladas, la espera es el folio en blanco que hay que llenar. Y que, en el mejor de los casos, nos premia con la libertad.
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Andrea Köhler, El tiempo regalado. Un ensayo sobre la espera, Libros del Asteroide, Barcelona, 2018.
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[Las vidas que habrían podido ser], Mircea Cărtărescu

jueves, 15 de marzo de 2018
Estación y cruce de Shibuya, Martin Englund 


Prácticamente, en cada instante de nuestra vida realizamos una elección o una ráfaga de aire nos arrastra por un pasillo y no por otro. La línea de nuestra vida real se endurece después, se fosiliza y adquiere coherencia —pero también la simpleza del destino—, mientras que las vidas que habrían podido ser, que habrían podido desprenderse a cada momento de la ganadora, quedan reducidas a líneas de puntos, fantasmales: creodas, transiciones de fase cuántica, traslúcidas y fascinantes como los brotes que vegetan en el invernadero. Parpadeo ahora y mi vida se ramifica, porque habría podido no parpadear y entonces habría sido otro, cada vez más alejado del que ha parpadeado, como las calles radiales que parten de una plaza estrecha.

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Mircea Cărtărescu, Solenoide, Impedimenta, Madrid, 2017.
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[Antes de cruzar la calle], Stephen Hawking

miércoles, 14 de marzo de 2018
Incluso la gente que afirma que no podemos hacer nada para cambiar nuestro destino mira antes de cruzar la calle.

Stephen Hawking (1942-2018)

[Nuestra alma es como el pájaro...], Ander Mayora

lunes, 12 de marzo de 2018
Pinzón entre las ramas, Ken Krach 


Nuestra alma es como el pájaro que, incapaz de volar, se resiste, saltando de rama en rama, a sucumbir.


Ander Mayora, El páramo, Trea, Gijón, 2018.

[Creemos que siempre es otro...], Álex Chico

domingo, 11 de marzo de 2018
La persistencia de la memoria, Joseph Tasnadi


Creemos que siempre es otro el lugar al que deberíamos estar destinados. Siempre es otro el espacio que guarda todas las explicaciones que andábamos buscando, como si en él hubiera sucedido, por fin, todo lo que nos espera.


Álex Chico, Un final para Benjamin Walter, Candaya, Barcelona, 2018.

[La pausa más misteriosa...], Andrea Köhler

sábado, 10 de marzo de 2018
Sueño, Saul Leiter 


La pausa más misteriosa de nuestra vida es el sueño, que cada noche nos permite ensayar esa espera de la que algún día no despertaremos.


Andrea Köhler, El tiempo regalado. Un ensayo sobre la espera, Libros del Asteroide, Barcelona, 2018.

[Enseñar literatura...], Antonio Muñoz Molina

viernes, 9 de marzo de 2018
Enseñar literatura es poco más que leer en voz alta y animar a la lectura atenta de lo que uno considera admirable.

Antonio Muñoz Molina, Babelia, 10/3/18.

 

Vermeer, Wisława Szymborska

jueves, 8 de marzo de 2018
La lechera, Johannes Vermeer 

VERMEER

Mientras esa mujer del Rijksmuseum
con esa calma y concentración pintadas
siga vertiendo día tras día
la leche de la jarra al cuenco
no merecerá el Mundo
el fin del mundo.


Wisława Szymborska, Aquí, Bartleby, Madrid, 2009.

[Al ver al escorpión...], Josep M. Rodríguez

miércoles, 7 de marzo de 2018
Agujeros, Megan Zheng 

Al ver al escorpión, lo comprendí:

no hay dos oscuridades
que nos duelan lo mismo.

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Josep M. Rodríguez, "Cuaderno del desierto, IV", Sangre seca, Hiperión, Madrid, 2017.
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[La obsesión por la certeza...], Gabriel Insausti

martes, 6 de marzo de 2018
Hiromu Kira


La obsesión por la certeza nos ha hecho mucho daño. Casi todo lo que merece la pena saber es incierto.


Gabriel Insausti, Preámbulos, Renacimiento, Sevilla, 2015.

[La existencia...], Ander Mayora

lunes, 5 de marzo de 2018
Casa en llamas (agosto, amanecer), Carrie Schneider 



La existencia: fuego que no podemos domesticar. Todo arde.



Ander Mayora, El páramo, Trea, Gijón, 2018.

Invierno, Antonio Gamoneda

domingo, 4 de marzo de 2018
Estanque azul y nieve, Kent Shiraishi

INVIERNO

La nieve cruje como pan caliente
y la luz es limpia como la mirada de algunos seres humanos,
y yo pienso en el pan y en las miradas
mientras camino sobre la nieve.

Hoy es domingo y me parece
que la mañana no está únicamente sobre la tierra
sino que ha entrado suavemente en mi vida.

Yo veo el río como acero oscuro
bajar entre la nieve.
Veo el espino: llamear el rojo,
agrio fruto de enero.
Y el robledal, sobre tierra quemada,
resistir en silencio.

Hoy, domingo, la tierra es semejante
a la belleza y la necesidad
de lo que yo más amo.


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Antonio Gamoneda, Blues castellano, Bartleby, Madrid, 2007.

[Lo único directamente legible], Jeff Rothenberg

sábado, 3 de marzo de 2018
Presentes asimétricos, Pablo Lehmann


Año 2054. Mis nietos están explorando el desván de mi casa. Descubren una carta fechada en el 2004 y un CD-ROM. La carta dice que ese disco CD-ROM que tienen entre sus manos contiene un documento en el que se da la clave para heredar mi fortuna. Mis nietos tienen una viva curiosidad por leer el CD, pero jamás han visto uno salvo en las viejas películas. Aun cuando localizaran un lector de discos adecuado ¿cómo lograrían hacer funcionar los programas necesarios para la interpretación del disco? ¿Cómo podrían leer mi anticuado documento digital? Dentro de 50 años lo único directamente legible será la carta.
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Jeff Rothenberg



Agustín Fernández Mallo, Nocilla dream, Candaya, Barcelona, 2006.

[Por ser como es], Christian Bobin

viernes, 2 de marzo de 2018
Pareja en Parco della Remembranza, Gotthard Schuh 


Acordarte siempre de que al que o a la que miras no te debe nada, no forman parte de tu mundo, no hay nadie en tu mundo, ni tan siquiera tú. Este ejercicio mental, que pone en movimiento el pensamiento y también la imaginación, es un poco austero, pero te conduce al gozo mayor que exista: amar al o a la que está ante ti, amarlo por ser como es, un enigma, y no por ser lo que crees, lo que temes, lo que confías, lo que esperas, lo que buscas, lo que quieres.


Christian Bobin, Autorretrato con radiador, Árdora, Madrid, 2006.

El ángel que nos mira, María Alcantarilla

jueves, 1 de marzo de 2018
El viajero, Jason Yen 

EL ÁNGEL QUE NOS MIRA

Pero, en el fondo, qué importa ser mayor o ser un niño
si el miedo es casi igual y la alegría
a pesar de la estatura.
Tenemos la verdad frente a los ojos
y solo existe el mapa que sentimos dolernos entre líneas,
olvidado el conjunto y su débil rumor tan parecido.
Qué importa si hoy no sabes el sentido,
la razón de estar yendo hacia algún lado
en el que nadie te espera y, sin embargo, acudes.
Qué importa lo que llega de ti y te recuerda que eres débil
mientras miras a un perro paseando solo entre los coches.
Qué importa el dolor en el que vives
si no sabes el nombre de esa triste mujer
que se emborracha cada día
en el único banco de la plaza
y orina la tristeza —como tú—
de no poder hablarle a quien la mira.
Qué importa si te escuecen la voz y los recuerdos,
si oyes por oír y te parece que nadie escucha ya tu retahíla
de sueños incumplidos
y amigos que se van a otros países
y padres que jamás dirán te quiero.
Porque, en el fondo, qué importa estar de más
si ni siquiera conoces lo que amas,
ni sabes si lo amas,
ni intuyes halagüeño aquel futuro
que pensaste habitar mientras huías.
Qué importa ser mayor o ser un niño
si al cabo la verdad siempre nos busca,
nos anda persiguiendo hecha una sombra,
una voz,
un día de lluvia;
qué importa la tristeza de ser tú
si esa verdad te grita la alegría
y a cambio no te pide nada más,
solo que existas.

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María Alcantarilla, La edad de la ignorancia, Visor, Madrid, 2017.
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