[Donde todo es posible], Alejandra Pizarnik

martes, 31 de mayo de 2016

Shōji Ueda


La poesía es el lugar donde todo sucede. A semejanza del amor, del humor, del suicidio y de todo acto profundamente subversivo, la poesía se desentiende de lo que no es su libertad o su verdad. Decir libertad o verdad y referir estas palabras al mundo en que vivimos o no vivimos es decir una mentira. No lo es cuando se las atribuye a la poesía: lugar donde todo es posible.


Alejandra Pizarnik, El poeta y su poema, 1962.
 

[Alfileres], Antonio Calderón Reina

sábado, 28 de mayo de 2016
Chema Madoz


   Me acuerdo de que aquel mundo estaba cogido con alfileres que podían atravesarnos.


Antonio Calderón Reina, 511 cápsulas contra el olvido, La Carbonería, Sevilla, 2010, p. 21.
 

[A partir del milagro], Jorge Riechmann

jueves, 26 de mayo de 2016
Manos, Man Ray


  Podemos vivir, o humillando la cerviz ante la Gran Costumbre, o esperando el milagro. Aunque este último solo se nos dé un día al año, su fulgor imanta y orienta los otros 364. Podemos edificar a partir de la norma, o edificar a partir del milagro.


Jorge Riechmann, Ahí es nada, El Gallo de Oro, Bilbao, 2014, pp. 118.
 

[Como metáforas], Felipe R. Navarro

miércoles, 25 de mayo de 2016
Edvard Munch


   Para sobrevivir hacemos que nos parezca que le esté sucediendo a otro, nos miramos desde fuera como dicen que miran los recién muertos; como sentados aquí, junto al ventanal desde el cual contemplamos el amanecer y los detalles de una historia. Para sobrevivir nos construimos como metáforas.


Felipe R. Navarro, Hombres felices, Páginas de Espuma, Madrid, 2016.
 

Grieta, F. J. Irazoki

lunes, 23 de mayo de 2016

Tabla azul, Stoney Stone

GRIETA

   Uno de los libros que más me instruyeron fue una tabla rota. La encontré en el centro de la habitación de mi infancia. Sus estrías destacaban en el suelo.
   En aquel cuarto guardábamos cajas con utensilios, semillas y ropas, y también los recuerdos de un familiar que allí estuvo recluido. Desde la ventana del dormitorio miré los mismos paisajes de tejados, lindes, roderas y árboles que a él lo acompañaron en días de trastorno, furia o remanso.
   Nunca lo vi. En los años de estraperlo silencioso, tuvo que irse a otras tierras. Hermano de mi padre, trabajó de criado en la casa donde iba a conocer a su amante. La joven lo puso al cuidado de sus fincas y sentimientos, pero las pasiones acabaron en una ruptura súbita.
   Con desequilibrio mental, el hombre
 regresó a la vivienda en que después yo nací.
   Encerrado en las crisis, descargaba el dolor sobre los muebles. Con exasperación quiso romper la tarima de la alcoba.
   Su desengaño amoroso escarbó hasta encontrar descanso en la demencia. Antes que las medicinas la atenuaran, su ira me dio una página inagotable.
   Pasé muchas horas de juventud contemplando las hendiduras de la madera. A veces pisaba con suavidad su superficie, a la espera de que los sonidos me transmitiesen el fervor y la herida del pariente enamorado. Recogí las astillas en un cuenco de dudas; quizá aguardé que los cortes, venas y nudos de la madera fuesen el escondite de algún aviso.
   En su tabla rota leí por primera vez unas palabras escritas cerca de nuestros barrancos.


Francisco Javier Irazoki, Orquesta de desaparecidos, Hiperión, Madrid, 2015, pp 29-30. 
  

[Las almohadas], Antonio Calderón Reina

sábado, 21 de mayo de 2016
Dibujo de almohada, Gerhard Richter


   Me acuerdo de que las almohadas se manchaban con el verdín de los sueños estancados.


Antonio Calderón Reina, 511 cápsulas contra el olvido, La Carbonería, Sevilla, 2010, p. 48.
 

[La música, un aceite...], Rafael Chirbes

viernes, 20 de mayo de 2016
Cupido y Psique, Edvard Munch


   La música, un aceite que engrasaba dos cuerpos desnudos, seres a los que se les había arrancado el caparazón (¿de qué frágil cualidad se vuelve el hombre despojado de su cáscara textil?); larvas que, en el espejo, parecían desprovistas de estructura interna, incluso de piel, mutilados pedazos de carne que se buscan.


Rafael Chirbes, París-Austerlitz, Anagrama, Barcelona, 2016, pp. 76-77.
 

Monstruo se busca, Eduardo Galeano

Flor, lago Ness, Alex Bell


MONSTRUO SE BUSCA

   San Columba estaba remando en el lago Ness, cuando el Monstruo, inmensa serpiente de fauces abiertas, se abalanzó contra el bote. San Columba, que no tenía el menor interés en ser almorzado, lo conjuró haciendo la señal de la cruz, y el Monstruo huyó.
   Catorce siglos después, el Monstruo fue fotografiado por los vecinos del lago, que casualmente llevaban una cámara colgada al cuello, y sus piruetas se publicaron en los diarios de Glasgow y Londres.
   El Monstruo resultó ser un muñeco, y sus huellas eran patas de un bebé de hipopótamo, que se vendían como ceniceros.
   Las revelaciones no desalentaron a los turistas.
   La demanda de monstruos alimenta al mercado del miedo.


Eduardo Galeano, El cazador de historias, Siglo XXI, Madrid, 2016.
   

Noche paralela, Víctor Lorenzo

miércoles, 18 de mayo de 2016
Mark Rothko


NOCHE PARALELA

   La primera raya de la noche fue la que dibujó con el peine en su cabeza. La segunda fue la que estaba pintada en los ojos de aquella chica a quien no pudo convencer para que tomaran juntos una copa. La tercera, cuarta y quinta, las trazó con una tarjeta encima de un espejo, solo, en el coche. La sexta raya fue la continua del asfalto que no debió sobrepasar. La séptima es ésta, la que acompañada de un molesto pitido avanza hasta el infinito, verde y recta.


Víctor Lorenzo Cinca, Cambio de rasante, Enkuadres, Valencia, 2015, p. 79.

[A fin de cuentas], Michel Houellebecq

lunes, 16 de mayo de 2016
La puerta al final de la Tierra, Richard Heys



   Por mucho valor, sangre fría y humor que uno acumule a lo largo de su vida, siempre acaba con el corazón destrozado. Y entonces uno deja de reírse. A fin de cuentas ya sólo quedan la soledad, el frío y el silencio. A fin de cuentas, sólo queda la muerte.


Michel Houellebecq, Las partículas elementales, Anagrama, Barcelona, 2010 (1998).
  

[Todas las ruinas...], Ana Pérez Cañamares

Detroit: Sol, sombras y ruinas, Frank Booth


   Todas las ruinas son sagradas porque alguien un día las llamó hogar.


Ana Pérez Cañamares, Ley de conservación del momento, La Isla de Siltolá, Sevilla, 2016.

[Y no bastara el instante], Rafael Chirbes

viernes, 13 de mayo de 2016
Las flores del viaje, René Magritte


   Cuando pensaba así, me preguntaba qué estabilidad podía tener una relación tan desigual, con objetivos tan dispares. Pero nos gustábamos, nos reíamos de las ocurrencias del otro; cuando hablaba le miraba los labios con deseo, como si me hubiera hipnotizado —aquella boca que chupaba y mordía con suavidad—, y follábamos comme des ânes bâtés, que diría el filósofo, aunque, cuando me quedaba a solas, o, por la noche, cuando lo escuchaba respirar dormido —el silbido de fuelle, la respiración que se quebraba de repente impidiéndome dormir—, me parecía percibir el runrún amenazador de la carcoma. Pensaba que íbamos a pasar un mes más así, al que sucedará otro, y otro, y aún otro más, ¿y luego? Como si aquello, cualquier cosa que fuera lo que teníamos y nos unía, necesitara una finalidad y no bastara el instante.


Rafael Chirbes, París-Austerlitz, Anagrama, Barcelona, 2016.

Mi amante se educó en un colegio de monjas, Jorge Riechmann

jueves, 12 de mayo de 2016
Henri Senders


MI AMANTE SE EDUCÓ EN UN COLEGIO DE MONJAS

Ese país lentísimo donde las gotas de lluvia
llegan al suelo una a una
en ordenadas sartas.

Esa tibieza neutra donde ya no se advierten
las cicatrices antaño abrasadoras,
la ausencia del deseo. Lentísimos rosarios de la lluvia.

Niña con cuerpo de agua. Te arrancaron
algo y después no dejaron de arrancarte
la memoria de algo
ni la memoria del extirpamiento.

Hoy tu cuerpo se acuerda de la lluvia
y mi cuerpo se acuerda de tu cuerpo.



Jorge Riechmann, Amarte sin regreso, Hiperión, Madrid, 1995, p. 83.

Los libres, Eduardo Galeano

miércoles, 11 de mayo de 2016
Ave fénix, Viorel Marginean

LOS LIBRES

   En los días, los guía el sol. En la noche, las estrellas. 
   No pagan pasaje, y viajan sin pasaporte y sin llenar formularios de aduana ni de migración.
   Los pájaros, los únicos libres en este mundo habitado por prisioneros, vuelan sin combustible, de polo a polo, por el rumbo que eligen y a la hora que quieren, sin pedir permiso a los gobiernos que se creen dueños del cielo.

 
Eduardo Galeano, El cazador de historias, Siglo XXI, Madrid, 2016.
 

[Ojos de hierba...]

domingo, 8 de mayo de 2016
 Kansuke Yamamoto


Ojos de hierba:
el horizonte es suelo,
se alza lo inútil.
  

Take the 'A' train, Ben Clark

viernes, 6 de mayo de 2016
Pequeño paisaje en la orilla del mar, Gerhard Richter


TAKE THE 'A' TRAIN

Viajémonos inmensos hasta dolernos juntos,
abajo y más abajo
donde lloran las rocas donde el eco
de los gritos no vuelve en una vida,
a la caverna obscura del amor,
donde las criaturas se devoran,
donde hay musgo que brilla en la humedad,
donde suenan las gotas, siempre lejos,
donde ya no conozcas ni el porqué ni el propósito
del descenso, viajémonos
con el primer afán de los imperios:
no hay sitio ya en el cielo de hormigón;
no hay nada al otro lado del océano,
todo es una ciudad o una ruina.
Baja entonces conmigo hasta nosotros,
hasta el fondo sin fondo que ya intuyes
ahora en este tren,
mientras me miras lenta
decidiendo si debes revelarme tu nombre.


Ben Clark, Los últimos perros de Shackleton, Sloper, Palma de Mallorca, 2016, p. 52.

Yo seré tu espejo, Manuel Rivas

jueves, 5 de mayo de 2016


   Yo seré tu espejo.
   Me eché a su lado, las manos cruzadas bajo la nuca, haciendo de almohada.
   ¿Cómo sería el cielo que ella estaba mirando?
   Conocía la canción, la había destripado. Era un letrista cada vez más inseguro en su oficio, dudoso de su talento.
   Deja que me quede para mostrarte que estás ciego.
   ¿Cómo respiran los espejos cuando duermen?
   Fui a buscar una manta para abrigar al espejo. Hacía ya algunos días que había cambiado el tiempo. Hacía frío en Madrid.

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Manuel Rivas, El último día de Terranova, Alfaguara, Madrid, 2016.