Henri Senders
MI AMANTE SE EDUCÓ EN UN COLEGIO DE MONJAS
Ese país lentísimo donde las gotas de lluvia
llegan al suelo una a una
en ordenadas sartas.
Esa tibieza neutra donde ya no se advierten
las cicatrices antaño abrasadoras,
la ausencia del deseo. Lentísimos rosarios de la lluvia.
Niña con cuerpo de agua. Te arrancaron
algo y después no dejaron de arrancarte
la memoria de algo
ni la memoria del extirpamiento.
Hoy tu cuerpo se acuerda de la lluvia
y mi cuerpo se acuerda de tu cuerpo.
Jorge Riechmann, Amarte sin regreso, Hiperión, Madrid, 1995, p. 83.
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