En su funeral la gente murmuraba que sólo al delincuente Ramiro Osinaga Bermúdez se le podía ocurrir, enfermo de muerte, el secuestro de la Virgen de Cotoca para pedirle a Dios, como rescate, un milagro.
Óscar Barbery Suárez
"Nada está perdido si se tiene por fin el valor de proclamar que todo está perdido y hay que empezar de nuevo", Julio Cortázar.
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