Diálogo, Suso33
Cuando
Molly y yo crecimos juntos ella era parte de mí y, por supuesto, yo era
parte de ella. Nos amábamos. Era nuestro destino. También yo lo creía
entonces. Pero ahora ya no sé en qué creer. No estoy quejándome, sólo
constato un hecho. Ahora estoy inmerso en el vacío. Y he de seguir así.
No existe ya destino. Sólo hechos sucesivos a los que se les da el
sentido que uno cree que tienen. Impulsos y yerros, como el más común de
los mortales.
Raymond Carver, Tres rosas amarillas, Anagrama, Barcelona.
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