Identidad, Nick Gentry
Operando en las sombras, [las armas de destrucción matemática] dividen un todo en muchos, al tiempo que nos ocultan el daño que están infligiendo a nuestros vecinos más o menos cercanos. Esos daños son incalculables. Se producen cuando una madre soltera no consigue encontrar a alguíen que cuide de su hija con la suficiente rapidez para adaptarse a su horario de trabajo cambiante, o cuando un joven con dificultades es excluido del proceso de selección para un trabajo por horas por un test de personalidad. Los vemos cuando un adolescente de una minoría pobre es detenido, amenazado y amonestado por la policía local, o cuando un trabajador de una gasolinera que vive en un código postal de un barrio pobre recibe la mala noticia de que le han subido la prima del seguro. Es una guerra silenciosa, que golpea con más dureza a los pobres, aunque también afecta a la clase media. Sus víctimas, en su mayoría, no tienen el suficiente poder económico, ni acceso a abogados o a organizaciones políticas bien financiadas para poder ganar las batallas. El resultado es un daño generalizado, que con demasiada frecuencia es percibido como algo inevitable.
Cathy O'Neil, Armas de destrucción matemática. Cómo el big data aumenta la desigualdad y amenaza la democracia, Capitán Swing, Madrid, 2018. Traducción de Violeta Arranz de la Torre.
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