A Sabela,
porque la idea de estas líneas
brotó de una de nuestras frecuentes
conversaciones telefónicas,
y porque hoy, 21 de septiembre,
es su cumpleaños.
porque la idea de estas líneas
brotó de una de nuestras frecuentes
conversaciones telefónicas,
y porque hoy, 21 de septiembre,
es su cumpleaños.
Cada vez entra más gente. Normalmente la sala está vacía, y no se pueden escuchar más que unos ruidos que rompen el silencio en la orilla de mi imaginación. Pero ahora el murmullo aumenta poco a poco, lo que comenzó como un simple susurro del viento torna lentamente en voces definidas en los huecos del aire.
Hace unas horas, antes que toda esta gente, entró un solo hombre en la sala. Comprobó que todo estuviera en orden: la pulcritud de las butacas, la potencia de las luces, la eficacia del micrófono. Tras colgar una pancarta al fondo se dirigió hacia mí, y alrededor de mi cuello ató una bandera que me arropa como una manta, pero que siento fría y ajena a mi cuerpo.
Acaba de salir otro hombre al escenario. La gente se levanta, reduciendo el espacio aparente de una sala ya abarrotada, y todos aplauden con entusiasmo. Comienza a hablar, intenta elegir cada palabra que se pierde para siempre de su boca, pero su discurso suena vacío, no es más que una rueda sin aire que gira una y otra vez sobre el filo del tedio. Sin embargo, bajo la repetición y el sinsentido se esconden unas precisas claves para conquistar la atención de los oyentes, lograr con eficacia que se emocionen, aplaudan, griten y se exalten.
De vez en cuando siento unas miradas que recaen sobre mí, pero no es a mí a quien miran, solamente se fijan en la bandera que porto a mi pesar, y que ellos contemplan con un orgullo que se acopia en el fondo de sus retinas atrofiadas. Y yo quisiera salir corriendo de esta sala, huir y perderme en alguna parte, gritar con todas mis fuerzas… pero no puedo, no soy más que una estatua.
Hace unas horas, antes que toda esta gente, entró un solo hombre en la sala. Comprobó que todo estuviera en orden: la pulcritud de las butacas, la potencia de las luces, la eficacia del micrófono. Tras colgar una pancarta al fondo se dirigió hacia mí, y alrededor de mi cuello ató una bandera que me arropa como una manta, pero que siento fría y ajena a mi cuerpo.
Acaba de salir otro hombre al escenario. La gente se levanta, reduciendo el espacio aparente de una sala ya abarrotada, y todos aplauden con entusiasmo. Comienza a hablar, intenta elegir cada palabra que se pierde para siempre de su boca, pero su discurso suena vacío, no es más que una rueda sin aire que gira una y otra vez sobre el filo del tedio. Sin embargo, bajo la repetición y el sinsentido se esconden unas precisas claves para conquistar la atención de los oyentes, lograr con eficacia que se emocionen, aplaudan, griten y se exalten.
De vez en cuando siento unas miradas que recaen sobre mí, pero no es a mí a quien miran, solamente se fijan en la bandera que porto a mi pesar, y que ellos contemplan con un orgullo que se acopia en el fondo de sus retinas atrofiadas. Y yo quisiera salir corriendo de esta sala, huir y perderme en alguna parte, gritar con todas mis fuerzas… pero no puedo, no soy más que una estatua.
4 comentarios:
Muchísimas gracias, me hace muchichísima ilusión que me dedicaras el mejor regalo que podías hacerme. Haces que cualquier tontería que surja de mi fantasiosa mente pueda ser el motivo de un relato tan bonito como éste. Te quiero mucho! Besazos
Ya sé que es feo meterse en medio de las conversaciones ajenas pero aprovecho para felicitar a Sabela ( tu cumple es el día de las fiestas de Logroño, Sn. Mateo, que son las mejores del mundo mundial)
También de paso pedir permisos de Copyright a la autora del texto para hacer una versión audio para unas prácticas de podcast.
el de antes es julián (¿por que no me identifica este cacharro?,¡con lo que llevamos pasado juntos!)
Gracias a Julián por felicitar, es un honor que haya venido al mundo mientras en Logroño (la mejor ciudad del mundo, supongo) tenían lugar las mejores fiestas del mundo ;) jeje Bsiños a todo el mundo (vale, ya paro)
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