Vine como había prometido; adiós, Yves Tanguy
AMOR
«Vidita, quiero hacerte el amor y sentir tu piel», dijo él. Ella aceptó por primera vez con la condición de que fuera en ese preciso instante.
Él se puso triste, como nunca: imposible cruzar el ciberespacio para tenerla; dos continentes y el Océano Atlántico los separaba.
Una solución se le ocurrió a la sonriente fémina: seguir usando el Internet y la fría video cámara para (hasta que un día suceda lo contrario) hacer de todo, menos el amor como a él le hubiera gustado.
«Vidita, quiero hacerte el amor y sentir tu piel», dijo él. Ella aceptó por primera vez con la condición de que fuera en ese preciso instante.
Él se puso triste, como nunca: imposible cruzar el ciberespacio para tenerla; dos continentes y el Océano Atlántico los separaba.
Una solución se le ocurrió a la sonriente fémina: seguir usando el Internet y la fría video cámara para (hasta que un día suceda lo contrario) hacer de todo, menos el amor como a él le hubiera gustado.
William Guillén Padilla, 77+7 nanocuentos, Sumeria Editores, Lima, 2012.
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