Edvard Munch
Me paseaba a menudo por el campo con H. cuando era pequeña. Un día, descubrió en un prado una seta más grande que ella. Radiante, la recogió. En el camino de vuelta, de repente, antes de que me diera tiempo a impedírselo, le dio un mordisco. Me dio miedo de que la seta fuera venenosa e inmediatamente yo me comí, a mi vez, otro trozo. Sin duda, no era un gesto muy sensato, pero mi manera de acompañar a los que quiero siempre ha sido abrazarme a cada uno de sus movimientos, hasta a los más inseguros.
Christian Bobin, Resucitar, Encuentro, 2016, 2017.
Christian Bobin, Resucitar, Encuentro, 2016, 2017.
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