Esta madrugada, en la calle
dominado por una especie
de curiosidad sociológica
hurgué con un palo en el mundo surrealista
de algunos tachos de basura.
Comprobé que las cosas no mueren sino que son asesinadas.
Vi ultrajados papeles, cascaras de fruta, vidrios
de color inédito, extraños y atormentados metales,
trapos, huesos, polvo, sustancias inexplicables
que rechazó la vida. Me llamó la atención
el torso de una muñeca con una mancha oscura,
una especie de muerte en un campo rosado.
Parece que la cultura consiste
en martirizar a fondo la materia y empujarla
a lo largo de un intestino implacable.
Hasta consuela pensar que ni el mismo excremento
puede ser obligado a abandonar el planeta.
Joaquín Giannuzzi
Marta Ferrari (ed.), La poesía del siglo XX en Argentina, Visor, Madrid, 2010, página 194.
5 comentarios:
muchos prefeririamos la taxidermia, verdad? jaja
que tal todo?
Lu
Yo preferiría que nos enseñara los más intrínsecos secretos de esa técnica, y después, para que vea qué buenos alumnos somos, lo disecamos a él xD
Gran poema, me lo llevo.
Hace dos semanas me compré este libro de Marta. Sigo leyendo, saludos!
Querido Joaquín: eras tan sencillo y gentil, dulce como el padre que eras, te debo los mates que no tomamos porque yo era muy tímida para aceptar tu invitación o porque Libertad me intimidaba, o porque no sabía que esa sería una deuda contigo que me durará toda la vida. Este poema o aquel donde describís a tu hija vistiéndose para salir me recuerda que tus ojos estaban siempre puestos sobre las cosas que te decían cosas y que los los otros soslayaban. Gracias por publicarlo. Concepción Bertone
Publicar un comentario