A ESTA HORA EN QUE AQUÍ NO OCURRE NADA
A esta ahora en que aquí no ocurre nada,
sale la Cruz del Sur sobre un glaciar,
y un águila se posa entre las rocas,
y el viento se hace avaro entre el espliego
de un campo que no he visto, y una chica
que nunca será bella pare un niño
que vivirá muy poco. Y dos amantes,
en el inmundo cuarto de un hostal,
son dioses que conocen el amor
y el poder de engendrar el universo,
mientras bosteza un viejo ante una radio
y en otra habitación entran las moscas,
y un hombre jura amar a una mujer
a la que engaña ya con una histérica.
De fuego y hielo está hecho este mundo,
de hielo que preserva, de fuego que consume,
mientras arde la vida y funde el hielo.
Y vuelan los gorriones, y el viejo huye
hacia un lugar que sabe que no existe.
Y la luna se oculta avergonzada,
después de haberme visto, preguntándose
quién es ese insolente que la observa.
Y yo toco la tierra, preguntándome
por qué me quema tanto, si es tan fría
como un glaciar besado por la luna.
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Eduardo Jordá, Pero sucede (Antología poética), Renacimiento, Sevilla, 2010, pp. 128-9.