Esperanza, Tōkō Shinoda
Las
esperanzas por cuya fruición no se teme no son realmente esperanzas,
sino, y en último análisis, una de las formas en que se manifiesta la
desesperación.
Yukio Mishima, Sed de amor, Alianza, Madrid, 2008.
"Nada está perdido si se tiene por fin el valor de proclamar que todo está perdido y hay que empezar de nuevo", Julio Cortázar.
3 comentarios:
fruición.
(Del lat. fruitĭo, -ōnis).
1. f. Goce muy vivo en el bien que alguien posee.
2. f. Complacencia, goce.
Así debería entenderse, pero sigo sin captar bien lo que quiere decir.
Una posible paráfrasis: Las esperanzas de las que, como única opción que te imaginas y soportas, es que lleguen a cumplirse, son (…) una de las formas en que se manifiesta la desesperación.
El párrafo anterior da alguna clave para esta interpretación: "No puedo pensar que lo que preveo no resulte cierto". Son palabras del pensamiento de Etsuko, un personaje que se aferra tanto a su deseo que ya no consigue contemplar la posibilidad de que no suceda. Es, o así entiendo yo, el sentido en que "por cuya fruición no se teme": no se pone en duda el goce futuro de esa esperanza, porque la duda misma ya es de por sí insoportable. De ahí que, en lugar de esperanza, sea un mayor acierto, como señala el fragmento que he subido, hablar de desesperación.
No sé si será debido al propio Mishima o a la traducción, pero la verdad es que la frase no queda tan transparente como me gustaría; pero, aunque quede un poco empañada por el molde, el pensamiento me parece lo suficientemente brillante como para haberme decidido a compartirlo.
Leía tu comentario esclarecedor, Raquel, y no podía menos que hacerme eco de ese pensamiento: una esperanza de la que no puedes permitirte dudar es una desesperanza encubierta.
Desolador ¿verdad? Pero es que Mishima lo era.
Abrazos
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