La Pietá japonesa, Yosuke Yamahata
PETUNIAS
Pese a la cantidad de niños que presentaron deformaciones físicas en el momento de nacer, pasó algún tiempo antes de que el científico Olaf Zumfelde estableciera plenamente una relación de causa y efecto entre el fármaco y las anomalías. Hubo desconcierto en los hospitales, que de la noche a la mañana vieron aumentar de manera inusitada el número de recién nacidos anormales. Se aventuraron algunas hipótesis, casi siempre relacionadas con las secuelas de la energía atómica. El referente más cercano fueron los niños de Hiroshima. Nuevamente apareció en el imaginario de los ciudadanos la imagen de La Pietá japonesa. La figura de aquella madre y su hijo convertidos en una petunia en plena floración. La señora Henriette Wolf escuchó al científico Olaf Zumfelde en silencio. Luego de aquella entrevista pidió formalmente y por escrito convertirse en su asistente. En su solicitud de trabajo aseguró estar preparada para enfrentar cualquier tipo de escándalo público. A los encargados de personal de la universidad, que debieron avalar su ingreso, no dejó de llamarles la atención aquella anotación. Sólo el científico Olaf Zumfelde supo tomarla en su real medida.
Mario Bellatín, Flores, Anagrama, Barcelona, 2004, pp. 45-46.
Pese a la cantidad de niños que presentaron deformaciones físicas en el momento de nacer, pasó algún tiempo antes de que el científico Olaf Zumfelde estableciera plenamente una relación de causa y efecto entre el fármaco y las anomalías. Hubo desconcierto en los hospitales, que de la noche a la mañana vieron aumentar de manera inusitada el número de recién nacidos anormales. Se aventuraron algunas hipótesis, casi siempre relacionadas con las secuelas de la energía atómica. El referente más cercano fueron los niños de Hiroshima. Nuevamente apareció en el imaginario de los ciudadanos la imagen de La Pietá japonesa. La figura de aquella madre y su hijo convertidos en una petunia en plena floración. La señora Henriette Wolf escuchó al científico Olaf Zumfelde en silencio. Luego de aquella entrevista pidió formalmente y por escrito convertirse en su asistente. En su solicitud de trabajo aseguró estar preparada para enfrentar cualquier tipo de escándalo público. A los encargados de personal de la universidad, que debieron avalar su ingreso, no dejó de llamarles la atención aquella anotación. Sólo el científico Olaf Zumfelde supo tomarla en su real medida.
Mario Bellatín, Flores, Anagrama, Barcelona, 2004, pp. 45-46.
0 comentarios:
Publicar un comentario