El espejo, Andréi Tarkovski
Aquí, pensó el médico, desagua la última miseria, la soledad absoluta, lo que no podemos soportar en nosotros mismos, los más escondidos y vergonzosos de nuestros sentimientos, lo que en los demás llamamos locura que es al final la nuestra y de la cual nos protegernos etiquetándola, comprimiéndola con rejas, alimentándola con pastillas y gotas para que siga existiendo, concediéndole permiso de salida el fin de semana y encaminándola rumbo a una «normalidad» que probablemente consiste solo en disecarse en vida.
António Lobo Antunes, Memoria de elefante, Debolsillo, Barcelona, 2014, pp. 38-39.
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