[Un ciego espera los ojos], António Lobo Antunes

domingo, 23 de noviembre de 2014
 Espera, Marcel Marien


   La imagen de la mujer a su espera entre los mangos de Marimba plagados de murciélagos aguardando el crepúsculo se le apareció en una punzada de añoranza violentamente física como una víscera que estalla. Te amo tanto que no sé amarte, amo tanto tu cuerpo y lo que en ti no es tu cuerpo que no comprendo por qué nos perdemos si a cada paso te encuentro, si siempre al besarte besé más que la carne de la que estás hecha, si nuestro matrimonio se consumió de juventud como otros de vejez, si después de ti mi soledad se acrecienta con tu olor, con el entusiasmo de tus proyectos y con la redondez de tus nalgas, si me sofoco con la ternura de la que no logro hablar, aquí en este momento, amor, me despido y te llamo sabiendo que no vendrás y deseando que vengas del mismo modo que, como dice Molero, un ciego espera los ojos que encargó por correo.


António Lobo Antunes, Memoria de elefante, Debolsillo, Barcelona, 2014.
 

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