Es determinante la influencia del factor escala en las obras de arte y en el contexto del paisaje. Las montañas dependen absolutamente de este factor; sin él, no son más que una pila de tierra. Un signo, en cambio, no pierde nunca su poder, por pequeño que sea. Por eso me interesan más las palabras que las esculturas. Un sí es siempre un sí y no pierde nunca su valor ni por el soporte donde se escriba, ni por la escala en la que esté. Tanto da que sea susurrado como que se exclame gritando.
Alicia Kopf, Hermano de hielo, Alpha Decay, Barcelona, 2016.
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