Liliana Porter
ESTO Y AQUELLO
Las cosas no conocen el suicidio,
ni la espera. (Con nada necesitan fundirse).
Se limitan a medir la distancia
entre estar tendido y estar de pie.
Se limitan a defender su reino
con un telón de acero y de silencio.
Cómo explicarlo. Y para qué.
El fuego oscuro. No.
Tampoco.
Todo eso del silencio, del suicidio,
de la sombra geométrica en el suelo,
de la respiración entrecortada.
Tampoco.
Las cosas no se suicidan.
Duelen.
Diego Sánchez Aguilar, Las célebres órdenes de la noche, La Palma, Madrid, 2017.
0 comentarios:
Publicar un comentario