Kind of blue II, Tomas Kank
Si no existieran los sueños, jamás habríamos sabido que tenernos un alma. El mundo real, concreto, tangible, sería lo único que existe, el único sueño permitido y, en tanto que único, incapaz de reconocerse a sí mismo como sueño. Dudamos de él porque soñamos. Percibimos exactamente lo que es —una siniestra prisión de la mente— solo porque, al cerrar los ojos de noche, nos despertamos siempre al otro lado de nuestros párpados. Es como esos viajes que te abren los ojos y la mente, como el vuelo de ese pájaro que otea desde la altura tierras lejanas.
Mircea Cărtărescu, Solenoide, Impedimenta, Madrid, 2017.
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