Cariátide [detalle], Francesca Woodman
Tiendo a pensar que las mujeres se excitan con otro tipo de elementos transgresores. Que las fantasías del hombre, más ligadas al sistema, son como un carnaval visto desde la perspectiva del rey: todo el mundo se vuelve rey por un día y cambia de rol. Luego todo regresa a la normalidad. Terminado el teatro, la gente se marcha a su casa. Con el rabo entre las piernas. La secretaria deja de ser una sex bomb para volver a ser secretaria, el médico que se había transformado en violador vuelve a ser médico. Demasiado predecible. Y demasiado cerca de la violencia muda y estandarizada.
En el sexo hay que huir de toda estandarización. Debemos emprender nuestra propia expedición en la jungla de nuestros impulsos más animales y humanos y dejar que se desfoguen en un entramado de amor hiperdesarrollado. Si simplemente persigues tus propios impulsos, entonces caes inmediatamente en los modelos freudianos que el capitalismo ha hecho suyos y que la literatura vende tan bien. Pero si persigues tus impulsos hasta adentrarte en las dimensiones desconocidas del amor, entonces seguro que ocurre algo emocionante y bello.
Oddný Eir, Tierra de amor y ruinas, Sexto Piso, Madrid, 2019. Traducción de Fabio Teixidó.
En el sexo hay que huir de toda estandarización. Debemos emprender nuestra propia expedición en la jungla de nuestros impulsos más animales y humanos y dejar que se desfoguen en un entramado de amor hiperdesarrollado. Si simplemente persigues tus propios impulsos, entonces caes inmediatamente en los modelos freudianos que el capitalismo ha hecho suyos y que la literatura vende tan bien. Pero si persigues tus impulsos hasta adentrarte en las dimensiones desconocidas del amor, entonces seguro que ocurre algo emocionante y bello.
Oddný Eir, Tierra de amor y ruinas, Sexto Piso, Madrid, 2019. Traducción de Fabio Teixidó.
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