Otoño de 2003, Felipe Benítez Reyes

viernes, 5 de diciembre de 2008


OTOÑO DE 2003

La caída mecánica de un oro evanescente:
la horajasca sin rumbo que naufraga en el viento.
Y esta serenidad de una abstracción que muere
en las manos del frío, con sus uñas de hielo.
Y el temblor de las hojas. Y el temblor de las fuentes:
el agua prisionera que rompe su silencio.
Y esa luna suicida entre nubes de éter.

Y el tiempo que se va para ser tiempo.



Felipe Benítez Reyes, La misma luna, Visor, Madrid, 2007, p. 13.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué bonito, me gusta el ritmo y musicalidad de este poema y los dos últimos versos.
Que rápido pasa el tiempo, pues sí.
Para la semana: piano, corto y quiz night.
saludos Raquel

lu