Inundación, Gabriel Jiménez Emán

miércoles, 14 de agosto de 2013

INUNDACIÓN

   Una mañana, la mujer de Tesalio lo despertó para decirle:
   —Mi amor, estamos inundados.
   —No importa —respondió Tesalio entre dientes, dando vueltas en la cama y sin abrir los ojos—, sacamos el agua y asunto arreglado.
   —Es imposible —replicó ella—, estamos en el mar.
   —Ah, entiendo —dijo Tesalio.
   Y se ahogaron.


Gabriel Jiménez Emán, El hombre de los pies perdidos, Thule, Barcelona, 2005, p. 50.

2 comentarios:

Javier Ximens dijo...

Gracias, Raquel, por traernos estos trozos de sonrisas y metáforas. Las goteras en la pareja, como las vías de agua en la barca, hay que arreglarlas pronto.

Raquel Vázquez dijo...

Más de un microrrelato habrá servido para sellar algún tipo de grieta. Y si no queda más remedio que ahogarse, que sea entre palabras.

Gracias a ti por pasarte, Ximens. Saludos.