Un frío destello de las almas, Derick Hegarty
Hay que hacerse a la idea de que siempre va a tener un poco de frío, aun en cama, y hay que seguir trabajando. Después de un tiempo uno se acostumbra y se olvida y ni siquiera se da cuenta que tiene frío porque se olvida lo que es calor.
William Faulkner, Las palmeras salvajes, Edhasa, Madrid, 2004, p. 214.
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