Maravillas del agua, Lillian Bassman
Las palabras importantes son siempre cortas. El camino a lo resonante no necesita, no tolera rodeos. Nadie llamaría idiosincrasia al mar. Porque lo primero que nombra un hombre es aquello que lo mantiene, lo eleva, lo revela. Hijo del lenguaje, sin él, sin su esperanza de fraternidad, la devoradora oscuridad que lo cerca tragaría su cuerpo.
0 comentarios:
Publicar un comentario