Edvard Munch
La vida no es algo razonable. No podemos imaginarla unos años —a no ser que nos mintamos— como algo tranquilo, un diseño de arquitectura. La vida no es nada previsible ni complaciente. Se abate sobre nosotros como lo hará más tarde la muerte, es una cuestión de deseo y el deseo nos consagra a lo desgarrador y contradictorio.
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