Y no pasaba nada. A pesar de mi ambición, de la necesidad y el ansia, a pesar de las manchas tras mis ojos y el rechinar de dientes, nunca me miraba. No, el deseo no bastaba. Era demoledor saberlo.
Sara Mesa, "Palabras-piedra", Mala letra, Anagrama, Barcelona, 2016, p. 80.
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