APOLOGÍA DE LA FICCIÓN
A veces tiene el mundo
una indefinición que nos abruma.
Simplemente es un perro
que corre y se detiene
antes de haber llegado a ningún sitio,
o es alguien que se olvida del paraguas
y éste resiste anárquico y absurdo
la usanza del verano en una tienda;
o es una luz fantasma que nos hiere
igual que en nuestra infancia,
o aquello que es peor: que nos sacude
durante un hecho acostumbrado
haciéndonos de pronto advenedizos
en nuestra propia vida.
Y todo es como un traje sin costuras
que no nos cubre apenas
el desamparo trágico del cuerpo.
A veces todo tiene
una indefinición que nos asusta
y nos lleva a buscar como refugio
la armonía fugaz de lo imposible.
Inmaculada Moreno, Igual que lava oscura, Renacimiento, Sevilla, 2008, pp. 44-45.
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