Lo que quisiera yo no es acordarme
Es colgarme apoyarme aferrarme abrazarme
Sentarme encima de las viejas horas
Casi aplastarlas
Es cabalgarlas yo y que me lleven ellas
Volver a viajar en su viaje
Sacarlas ya de ese bolsillo
Donde las guardo a oscuras viviendo de migajas
Y que me digan siempre interminablemente
Que no se van a ir
Que estamos juntos para siempre
Que no me van a dejar solo
Y sobre todo por piedad que digan
Que nunca me engañaron
Ni me engañarán nunca
Que vivir era eso.
Tomás Segovia, Aluvial (Poemas 2007-2008), Pre-Textos, Valencia, 2009, página 72.
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