Somos niños
con un juguete
enorme,
recién desenvuelto
pero desmontado,
sin manual
de instrucciones.
Sostenemos
las piezas
en la mano,
con la sonrisa
helada,
sin saber
qué hacer
ni a quién
preguntar,
porque no hay padre.
Vicente Luis Mora, Tiempo, Pre-Textos, Valencia, 2009, página 29.
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