El joven que se ganaba la vida haciendo fotocopias ahora limpia cristales en los semáforos. Hay días que no pasa de los diez euros. Sus movimientos son rápidos, aprendió la mecánica y no repara en quién está al otro lado; puede limpiar el parabrisas del tipo del banco que lo hundió; un impago y el sistema te premia. Ya no es tan joven, no dispone de futuro, ha vuelto a la calle, a dejar pulcros grandes automóviles donde la dignidad y la rabia nunca ocupan asiento. Si llueve, mala suerte, amarga publicidad en sus labios, aunque sus manos parezcan esquivar el tiempo, caen tristes, resignadas con la languidez de esos días que nunca terminan
de irsedel todo.
Antonio Luis Ginés, Picados suaves sobre el agua, Bartleby Editores, Madrid, 2009, página 22.
2 comentarios:
Como sempre, magnifica a elección da fotografía. O texto me gusta moito.
Como siga tirando de archivo, cualquier día me quedo sin fotos que colgar... Gracias por tu comentario.
Publicar un comentario