HUELLAS
Si árboles fueran y no tristes
remiendos del pasado.
Si el asiento donde se sientan
fuera borrasca que las borra.
Si el sentido del cielo las tapara
al menos, si
el entendimiento les diera algún fulgor.
Si se quedaran sin ideas.
Si la aguja no cosiera hacia atrás
y ellas no amanecieran de noche.
Si no tuvieran la invariable
costumbre de mostrar amor.
Si la duración de lo que cesa
no fuera eterna,
o huyera de su ley.
Si estáramos nacientes
de un otra vez con fina entrada.
Si el tiempo se dejara desear.
Si las comiera.
Si se gastaran como una verdad.
Juan Gelman, De atrásalante en su porfía, Visor, Madrid, 2009, p. 155.
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