[La santera...], Rubén Abella

martes, 15 de noviembre de 2011
Bodegón con tarot, Carol Barbour


La santera le dijo que nunca conseguiría darle esquinazo a la pobreza. Se casaría tres veces, dos de ellas sin amor. Tendría cuatro hijos, todos sanos menos el último, que le saldría retrasado y cojo. Cerca del ecuador de su vida enfermaría gravemente por culpa de un pescado frito en mal estado. En las alucinaciones de la fiebre le vería el rostro a la muerte. Sin embargo, el final aún tardaría muchos años en llegar. Sobreviviría a todos los suyos y, fuera ya del tiempo, apergaminada por una vejez insólita, moriría sola en una casa sin muebles.
—Las cartas no mienten —le aseguró.
Yaisí salió a la calle acongojada por los designios de Orula. Caminó sin rumbo por las calzadas empedradas, convocando con todas sus fuerzas el olvido, anhelando el imposible retorno a la ignorancia.


Rubén Abella, No habría sido igual sin la lluvia, NH, Madrid, 2008, p. 102.

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