Enlace peligroso, René Magritte
NADIE ES PERFECTO
«Tengo los ojos verdes, de un verde muy oscuro, rasgados, grandes. Hay gente que dice que dan miedo, porque miro con mucha intensidad. ¿Qué más? Pues tengo la boca un poco grande, con los labios bastante gruesos. Cuando me río parezco qué sé yo qué. Pelirroja, con una melena rizada hasta la cintura, muy abundante, sedosa. Casi siempre llevo el cabello recogido con cintas negras. No soy demasiado alta, la verdad, un metro sesenta y ocho. Más bien delgada, pero proporcionada, ya me entiendes. No soy especialmente huesuda. O sea, tengo de todo. No es que sea musculosa, pero he hecho bastante gimnasia y estoy en forma. Piernas largas, manos finas, pies estrechos, vientre liso. No sé si me imaginas. La piel... suave, tirando a morena. Y en verano, dorada. Me paso horas tumbada al sol. Con cremas protectoras, claro. Me encanta. Tengo veintitrés años recién cumplidos, aunque aparento alguno menos. Visto ropa casi siempre ajustada, vaqueros, minifaldas y prendas cómodas de algodón, excepto en ocasiones especiales, en que me pongo mis zapatos negros con tacones y demás. ¿A ti cómo te gusta que vistamos las mujeres, Kike? ¿Y tú, cómo eres?».
Pedro le dio al «Enter» y vio aparecer el texto que acababa de escribir en la ventana del privado que le había abierto al tal Kike. El «nick» de Pedro era Selma, y siempre daba resultado. El tío había picado enseguida y llevaban un rato «chateando». Mientras esperaba la respuesta, Pedro evitó, como tantas otras veces, mirar hacia el espejo.
Diagnóstico: Prosopografía (Descripción del aspecto físico externo de un personaje. Se opone a etopeya).
Flavia Company, Trastornos literarios, Páginas de Espuma, Madrid, 2011, pp. 83-84.
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