Madrid, 5 de octubre de 2012. Vídeo grabado por rockfirstline
ALEJANDRA SE MARCHA
De pronto la noche es más fría.
Una deidad se prepara para partir.
Alejandra subida a sus hombros,
entre los centinelas del corazón se deslizan.
Apoyados por las simplicidades del placer,
ganan la luz, se entrelazan sin forma;
y más radiantes de lo que te puedas imaginar
caen entre las voces y el vino.
No es una broma que te gasten los sentidos,
un sueño pesado que la mañana consumirá —
Di adiós a Alejandra que se marcha.
Di adiós a Alejandra que pierdes.
Aunque duerma sobre tu satén.
Aunque te despierte con un beso.
No digas que fue un momento imaginado.
No te rebajes a estrategias así.
Como alguien bien preparado para este momento,
ve con decisión a la ventana. Asúmelo.
Música exquisita. Alejandra ríe.
Tus firmes obligaciones de nuevo tangibles.
Tú que tuviste el honor de su noche,
y por ese honor el tuyo restituido —
Di adiós a Alejandra que se marcha.
Alejandra se marcha con el Señor.
Como alguien bien preparado para este momento;
totalmente responsable de cada plan que fracasó —
No escojas la explicación de un cobarde
que se esconde tras la causa y el efecto.
Tú a quien un significado dejó perplejo,
cuyo código fue roto, crucifijo sin cruzar —
Di adiós a Alejandra que se marcha.
Di adiós a Alejandra que pierdes.
Leonard Cohen, A mil besos de pronfundidad. Canciones y poemas (1979-2006), Visor, Madrid, 2012, pp. 99-100. Traducción de Alberto Manzano.
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