Tormenta del alma, Julie de Waroquier
ENCIENDE, SINTONIZA, DESCONECTA
Estaba en la cama pensando
cómo sería morirme.
Cómo sería de verdad.
Mi cadáver encontrado en un hotel
a cientos de kilómetros de nadie
que me conociera.
Llevado a la morgue.
Puesto en el mármol o el metal
y lentamente cortado en rebanadas.
¿Dónde entonces estaría
el «yo» que llamo «yo»?
Mi mente
se disoció de pronto de mi cuerpo
y me vi allí tumbado,
desde fuera.
Me han dicho que eso,
cuando estás de ácido,
ocurre muchas veces.
Nunca he llegado a esos extremos
así que no tengo ni idea.
Me dormí pensando:
«Ya está. Ya no me despierto.
Mañana ya no me despierto.
Se ha acabado.
Se acabó».
Y aquí me encuentro ahora.
Escribiendo esto en un papel.
Roger Wolfe, El hombre solitario, 20/04/13.
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