Sin título, Mark Rothko
Es probable que la esencia del grito sea la insatisfacción. Gritamos porque no somos felices, porque estamos hambrientos, porque queremos dormir, porque nos han abandonado o porque no aceptamos la muerte. Gritamos lo que no tenemos.
Ricardo Menéndez Salmón, Gritar, Lengua de Trapo, Madrid, 2007, p. 39.
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