Vuelta a casa, Aron Wiesenfeld
Con sus recursos propios, metonímicos y sobre todo metafóricos, lo
que la poesía hace incesantemente es aproximar lo lejano, conectar lo
desconectado, establecer vínculos que antes no existían. Este trabajo de
creación de vínculos, ínsito a la función poética del lenguaje, resulta
profundamente perturbador para el orden de las categorías establecidas:
se trata de una potencia dinámica que continuamente busca poner en
movimiento lo quieto, y sin cesar desbarata los equilibrios estabilizados. [...]
La función poética del lenguaje pone siempre en acción esa dimensión
crítica. Pero se puede ir un paso más allá y señalar que igualmente pone
en acción una dimensión utópica, en la medida en que remite, de alguna
forma, a un profundo anhelo de comunidad. Señala un horizonte utópico de
vinculación entre lo vivo y lo inanimado, entre lo visible y lo
invisible, entre lo próximo y lo lejano. [...]
Otro mundo es posible no es en primera instancia una consigna política: es la experiencia de la poesía.
Jorge Riechmann, El siglo de la gran prueba, Baile del Sol, Tegueste, 2013, pp. 28-29.
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