[Un niño juega en los escombros], Eduardo Chirinos

jueves, 18 de febrero de 2016

Cette obscure clarté qui tombe des étoiles, Anselm Kiefer


   Nada más alejado de la infancia que la adolescencia. Todo adolescente lucha por percibirse como adulto, por construir una muralla que lo separe para siempre del niño que fue. Luego se pasa la vida borrando minuciosamente a ese niño, hasta que consigue olvidarlo. Eso es lo que cree. Pasados los cuarenta (la edad es tentativa) la muralla ha cedido a la incuria del tiempo: hemos olvidado repararla, hay tramos destruidos por la lluvia, bloques desperdigados por aquí y por allá. Despreocupado del tiempo un niño juega en los escombros. Descubrimos entonces que siempre estuvo allí, que nos estaba esperando.



Eduardo Chirinos, Anuario mínimo: 1960-2010, Luces de Gálibo, Girona, 2012, p. 103.
 

1 comentarios:

zUmO dE pOeSíA (emilia, aitor y cía.) dijo...

Volvió el tiovivo
como cada año, pero
ya no subiste.