[Anticipar acontecimientos], Marta Sanz

lunes, 21 de marzo de 2016
 La sibila de Cumas, Miguel Ángel [Capilla Sixtina]


   A Valeria se le aceleró el pulso y trató de tranquilizarse pensando que no había que adelantar acontecimientos, que adelantar acontecimientos suele ser una forma innecesaria de recrear la angustia, de invocarla incluso cuando no existe ningún motivo para que haga acto de presencia. Anticipar acontecimientos enloquece al hombre al que acaban de practicarle una biopsia y aún no sabe si el diagnóstico de su edema de Reinke ha derivado hacia algo peor; anticipar acontecimientos hace llorar a esa mujer a la que acaba de llegarle una notificación de embargo y otra de desahucio —no sabe que las cosas serán mucho peores de lo que barrunta—; anticipar acontecimientos destroza esa relación sentimental en la que ella lleva meses diciéndole a él: «Me vas a dejar. Sé que me vas a dejar.» «Me dejarás, seguro.» «Cuando me dejes, ¿qué haré yo sin ti?» Y de nada sirven las negativas del hombre, el consuelo, las promesas, porque al final el hastío, la desconfianza y la previsión trágica se concretan en un «No puedo más» que le da la razón a esa sibila de Cumas. La última profecía de autocumplimiento es un relato de Quim Monzó. Y otro de Dorothy Parker.


Marta Sanz, Farándula, Anagrama, Barcelona, 2015, pp. 49-50.
 

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