All around me are familiar faces Worn out places, worn out faces Bright and early for their daily races Going nowhere, going nowhere Their tears are filling up their glasses No expression, no expression Hide my head I want to drown my sorrow No tomorrow, no tomorrow
And I find it kind of funny I find it kind of sad The dreams in which I'm dying Are the best I've ever had I find it hard to tell you I find it hard to take When people run in circles It's a very, very mad world Mad world
Children waiting for the day they feel good Happy Birthday, Happy Birthday Made to feel the way that every child should Sit and listen, sit and listen Went to school and I was very nervous No one knew me, no one knew me Hello teacher tell me what's my lesson Look right through me, look right through me
And I find it kind of funny I find it kind of sad The dreams in which I'm dying Are the best I've ever had I find it hard to tell you I find it hard to take When people run in circles It's a very, very mad world ... Mad world Enlarging your world Mad world
Hoy, por fin, los de clase hemos empezado a construir el rompecabezas de "El imperio de las luces"; 1000 piezas que tendrán que constituir, cuando lo acabemos, el cuadro del famoso pintor belga René Magritte. De momento, lo que tenemos hecho no está mal para llevar un solo día, y quizás en pocos días podamos terminarlo... Es cuestión de no perder la ilusión que teníamos los 13 que hoy nos quedamos a última hora para terminar con el caos de un millar de piezas recluidas en una caja y que, por fin, han visto la luz.
También hemos comenzado la grabación del cortometraje. Éstos son algunos fragmentos, aunque aquí se ven con peor calidad que los originales al haberlos subido a Youtube. El primero es de cuando apenas habíamos empezado, el otro es del final, para que así se pueda apreciar nuestro progreso...
Bueno, aquí está el jardín polar que ha atrapado a más de una persona... Jardín polar es una canción del grupo barcelonés Sidonie, que aparece en su penúltimo disco, Fascinado (2005). Y la verdad es que a mí esta canción me fascinó desde el primer momento en que tuve la oportunidad de escucharla. Aunque en el video aparece incompleta, creo que merece la pena verlo; algunas de las viñetas que se suceden son verdaderamente entrañables, con frases conmovedoras de uno de los personajes (aunque en inglés, y una de ellas en japonés, que curiosamente me resultó bastante familiar...).
Te daré todo lo que queda bajo mi piel, cuatro versos de un poema esquimal y el sol invernal que brilla en tus veranos.
Quédate en la ciénaga para poder ver que las cosas que te quise decir y en la tierra grabé se borran entre agua y lodo.
Hay flores de hielo en tu cuarto que arrancaste de mi jardín polar. Mi sangre helada se funde arropada en tu abrazo tropical.
No pude dar un cielo para poder volar y tiraste alas por el balcón, pero bajo el colchón ocultaste un par de plumas.
Descúbreme que la máscara caiga a mis pies, yo también quiero saber quién soy y a tus labios daré extraños besos de boca nueva.
Hay flores de hielo en tu cuarto que arrancaste de mi jardín polar. Mi sangre helada se funde arropada en tu abrazo tropical.
Hay restos de mí en tu almohada, migajas de recuerdos en tus ojos deslizándose por la escarcha, noches, días y diamantes rotos.
Y he de seguir así, apretando tu adiós en mi mano,
estrellando tu nombre en la esquina del tiempo He de seguir así, diciendo cosas tuyas a la noche, abrazado a la orilla del recuerdo. He de seguir así, llevándote en mis sienes, sintiéndote en el viento, besándote en la nieve, buscando tu presencia a cada paso, y tu voz en el agua sonora de las fuentes. Y he de seguir así soñando en mi camino que no te has ido nunca y sigues a mi lado porque te has quedado atrás unos instantes a pensar cómo son por dentro las estrellas.
Llueve. Oyes el sonido de la lluvia de fondo, casi imperceptible; es la banda sonora de la película de hoy. Tumbada en esa yacija, proyectas tus recuerdos hacia el frente, hacia ese techo blanco que te recibe cada mañana, nada más abrir los ojos. Ahora te gustaría despertar de esa pesadilla, descansar en una nueva realidad. Pero ya estás en la realidad, los sueños que tejes con hilos imposibles sólo existen dentro de ti. Sabes que no le importan a nadie, tú no le importas a nadie, y además, tampoco es posible entender nada. No se puede entender –tú misma tampoco entiendes- que te rompas cada vez que ves sufrir a una persona que nunca tendrá nada que ver contigo, totalmente ajena a ti, en el tiempo, en la distancia, en todo. Pero lo quieres, jamás habías estado tan segura de algo, y sabes que ese amor perdurará por siempre en tus entrañas. Sufres por él sin que siquiera se dé cuenta, en el punzante silencio, en esa oscura soledad. Y nunca podrás transmitirle tu pesar, ya lo has asumido: te pudrirás en el silencio de este lado. Sigue lloviendo. Las lágrimas se deslizan por tu rostro al compás de las gotas que golpean la ventana de tu habitación.
El cielo, con la llegada del estío, amaneció cubierto de sólidas nubes. Tu luz se perdió al otro lado, y yo me perdí en la oscura desesperación. Eran nubes de verano que dejaron lluvias sobre el campo, y lágrimas en mi rostro.
Finalmente, el verano se perdió en el sumidero del tiempo, y con él, las nubes de tu ausencia. Ahora el sol, aunque tímidamente, se pasea a veces por el cielo. No irradia calor, es sólo un sol de invierno.
Pero eso es lo único que cabe esperar en estas gélidas solitarias latitudes.
Du dernier décan Je suis natif Je suis turbulent Je suis négatif Poussé par le vent Sur quelques ifs Me suis vidé de mon sang Trop émotif Je rêve d'un printemps Définitif Car mon âme n'est que tourments D'une épitaphe Gravée pour longtemps Dans les récifs Je reste pourtant Dubitatif
Face à l'étendue De ma peine Que n'ai-je entendu Les sirènes? Face à l'étendue de ma peine Je me baignerai nu Dans la Seine
Mais mort ou vif Je reste négatif Puisque tout fout Le camp
“¿Cómo se llamaba?”, me repetí incesantemente mientras él se perdía absorbido por la multitud del andén. Minutos antes, compartiendo vagón, había vuelto a sentir el fuego helador de antaño en un par de cruces de miradas. Pronunció su nombre durante la conversación telefónica que mantuvo en el trayecto, y me concentré en guardarlo en el bolsillo de la memoria, como una llave maestra que podría conducirme hasta él: era lo único que conocía de su persona.
Ensimismada, apenas me di cuenta de que se disponía a apearse en la siguiente estación, abandonando el vagón de ese tren al que nuestras vidas, fortuitamente, se subieron a la par. Yo también me bajé, no podía dejar perderlo sin haberlo intentado antes. Debía gritar su nombre, pero… ¿cómo era, cómo se llamaba…? “¡Javier!”, escupí finalmente, y logré que se volviera. Y en ese momento construimos un puente entre nuestras miradas, que sirvió para que, desde entonces, compartiésemos el mismo lado del río.
Hace unos días encontré una página que me llamó mucho la atención. Era un diccionario de fobias. Sabía que existían muchos diccionarios de diferentes tipos, pero no creía que hubiese tantas clases de miedos o fobias como para que se requiriese un diccionario… pero sí que las hay. Y precisamente no son pocas, como podéis comprobar aquí.
Y es que, además de las típicas claustrofobia, hidrofobia o fotofobia, se pueden encontrar multitud de fobias que, la verdad, no tenía ni idea que existían. Por ejemplo, atomosofobia (que es el miedo a las explosiones nucleares), papafobia (miedo a ¡los papas!), optofobia (miedo a abrir los ojos), diplopliafobia (miedo a ver doble y a las enfermedades oculares)...
Sin embargo, hay otras bastante comunes cuyo nombre no solemos emplear. Musofobia es un claro ejemplo, pues los ratones no gozan de gran aprecio entre la mayoría de los humanos. Y, tristemente, cada vez es más común la bibliofobia; hay gente que parece coger un trauma si se ve obligada a leer un libro...
Bueno, y en lo que a mí respecta... tengo que decir que padezco esfecsofobia. No tengo miedo, sino pánico, a esos graciosos insectos voladores que tienen la afición de dejar huella con su aguijón, que son las avispas.
Por último, no me explico quién puede tener miedo de las nubes (nefofobia), la luna (selenofobia) o las estrellas (siderofobia)...
Ésta es Maldición, una de las mejores canciones de Nacho Vegas. Narra el tormento de Ezequiel, que arrastra una desconocida maldición que lo conduce a la más desesperada de las decisiones.
Ezequiel, fue un gran error tan sólo regresar. Era pronto y a la gente le cuesta olvidar. Ezequiel respira hondo al descender del tren. Es extraño, nadie está esperando en el andén. Una breve intuición: algo huele a maldición. Pero se dirige a la casa en la que se crió.
Y habla con su madre: -Soy yo, madre, ¿no lo ves?- Madre dice: -Olvida que algún día te engendré-. Y habla con su padre: -Padre, ¿qué ocurre aquí?- Padre no contesta; se limita a maldecir. Ezequiel se acerca al bar; alguien le sabrá explicar. Pero todos callan, todo el mundo calla al verlo entrar.
Dicen que hizo algo y nunca nadie lo olvidó, pero él no consigue recordarlo y su vida entera se redujo a maldición con los años y los años. Ezequiel, mejor te vas de noche y sin molestar.
Ezequiel se oculta junto a las vías del tren. Necesita una respuesta para no enloquecer. ¿Qué ocurrió un verano negro en su ciudad natal, que la gente ni siquiera se atreve a mencionar? Al alba se va a lavar a un estanque del lugar, y es en su reflejo donde encuentra toda la verdad.
Ezequiel contempla el agua con un rictus de horror. En su rostro encuentra el rostro de la maldición. Llega al fondo de sus ojos, donde ya no hay luz. Puede ver su alma y continúa más al fondo aún. Toma conciencia del mal y su grito suena igual que el de un hombre roto que descubre dentro al animal.
Dicen que hizo algo, algo que nadie olvidó, pero él no consigue recordarlo y su vida entera se redujo a maldición con los años y los años. Ezequiel, mejor te vas de noche y sin molestar.
Ezequiel comienza a huir, nadie lo va a extrañar. Huye en dirección al norte, le guía el olor a sal. El Cantábrico se muestra en todo su esplendor. Se desnuda y lentamente avanza en dirección al sol. Y decide descansar bajo el manto gris del mar. Las olas lo mecen y duerme eternamente como un viejo zar.
Dicen que hizo algo y nunca nadie lo olvidó, pero él no lograba recordarlo y su vida entera se redujo a maldición. Y ahora espera el Juicio por los siglos de los siglos. Ezequiel, descansa en paz en el fondo del mar.
Monochrome es una de las más famosas canciones del músico francés Yann Tiersen, que aparece en su disco Le phare (1998), disco que lo lanzó a su merecido reconocimiento en toda Europa.
Mientras la letra de la canción se rige por el código anglosajón, la música parece hablar en francés, y de esta singular amalgama surge Monochrome, una directa crítica a un modo de vida rutinario, monótono, donde los días parecen estar escritos con tanto detalle que no dejan lugar a la digresión, donde no tienen cabida la inprovisación y creatividad.
El videoclip plasma en gran medida el mensaje de la canción; los objetos partícipes de lo cotidiano se rebelan a la par que el protagonista de su monótona existencia, y todo comienza a funcionar en torno a las notas de Yann Tiersen. Pero, finalmente, vence la rutina, y la rebelión queda abortada. Al menos se ha intentado, y es el primer paso para lograrlo.
Si el videoclip es bueno, la versión en directo no tiene nada que envidiarle. Tiersen vuelve a asombrarnos con su carácter polifacético; el acordeón deja paso al piano, acompañado de una impresionante orquesta sinfónica. La música te envuelve, sientes que formas parte de ese privilegiado público... y no puedes evitar dejarte arrastrar por una canción cuyas notas son pinceladas de color en nuestras vidas. Gracias a músicos como él, la monotonía queda entre paréntesis por el instante en que dura la canción.
De pequeño tuve una caja de zapatos que llegó a ser mi juguete preferido, entre otras cosas porque no tenía otro. Pero envejeció más deprisa que los zapatos que había llevado dentro, de manera que a mi caja se le cayó un día la primera a y se quedó en una cja, que así, a primera vista, parece un juguete yugoslavo. Busqué entre las herramientas de mi padre una a de repuesto, pero no había ninguna y tuve que sustituirla por una o. De este modo, sin transición, tuve que olvidar la caja para hacerme cargo de una coja, lo que es tan duro como pasar directamente de la niñez a los asuntos. Jugué mucho con aquella coja, todavía la recuerdo, pero se fue haciendo mayor también y un día se le cayó la jota. Hay quien piensa que las vocales se estropean antes que las consonantes, pero yo creo que vienen a durar más o menos lo mismo. El caso es que tampoco encontré entre los tornillos de mi padre una jota en buen uso, así que la sustituí por una pe que estaba prácticamente sin estrenar. La coloqué en el lugar de la jota y me salió una copa estupenda, con la que he bebido de todo hasta ayer mismo, que se me cayó al suelo y se rompió. A decir verdad, se rompió justamente por la pe, y como es muy antigua no he encontrado en ninguna ferretería una igual. Ayer fui a casa de mis padres, y después de mucho rebuscar en el trastero di con una ese que no desentona con el conjunto. O sea, que ahora tengo una cosa, pero no sé qué hacer con ella. La caja, la coja y la copa eran muy útiles para guardar secretos, jugar o emborracharse. Pero la cosa me da miedo; además, la escondí en el bolsillo interior de la chaqueta, de manera que desde ayer tengo una cosa aquí, en el pecho, que me llena de angustia. Lo peor de todo es que, como no sé qué es, tampoco sé cómo se rompe. Qué vida, ¿no?
Mientras tú existas, mientras mi mirada te busque más allá de las colinas, mientras nada me llene el corazón, si no es tu imagen, y haya una remota posibilidad de que estés viva en algún sitio, iluminada por una luz -cualquiera...
Mientras yo presienta que eres y te llamas así, con ese nombre tuyo tan pequeño, seguiré como ahora, amada mía, transido de distancia, bajo este amor que crece y no se muere, bajo este amor que sigue y nunca acaba.
Wolf Parade, al igual que otros buenos grupos de música indie (como Arcade Fire), procede de Canadá, concretamente de Montreal. Se formó en 2003, y con apenas tres semanas de vida, fue el grupo elegido para telonear, precisamente, a Arcade Fire. En 2005 publicaron su primer y hasta el momento único álbum, Apologies to the Queen Mary.
Modern world es la primera canción que escuché de este grupo, y me pareció fantástica, sobre todo el sonido de las guitarras mediada la canción. Cada vez que escucho esa parte no puedo evitar emocionarme; hacía tiempo que una canción no me llegaba tan adentro… Y por las circunstancias, sé que formará parte de la banda sonora de mi vida, por lo menos de esta época, un tanto extraña y surrealista.
El vídeo consigue transmitir perfectamente el mensaje de la canción, en la que se habla de un mundo moderno completamente deshumanizado. La voz del cantante expresa una total desesperación, mientras dice: “modern world I’m not pleased to meet you / you just bring me down”. Esto, acompañado de las imágenes de las máquinas tocando en vez de los miembros del grupo, construye una visión del futuro inmediato totalmente pesimista. Aunque tampoco se está tan lejos de esa deshumanización que se describe. Es el camino que llevamos…
Las máquinas podrán ser más perfectas que los humanos, harán mil veces mejor su trabajo, pero nunca tendrán sentimientos. Y sentir (ya sea felicidad, tristeza…) es lo que llena nuestras vidas, lo que hace que cada momento sea especial e irrepetible.
Karma police (Ok computer, 1997) me parece una de las mejores canciones de Radiohead. Además, gracias a ella conocí a este fantástico grupo, uno de los mejores (sino el mejor) de la última década.
Karma police, arrest this man He talks in maths He buzzes like a fridge He's like a detuned radio
Karma police, arrest this girl Her Hitler hairdo is Making me feel ill And we have crashed her party
This is what you get This is what you get This is what you get when you mess with us
Karma Police I've given all I can It's not enough I've given all I can But we're still on the payroll
This is what you get This is what you get This is what you get when you mess with us
And for a minute there, I lost myself, I lost myself Phew, for a minute there, I lost myself, I lost myself
For for a minute there, I lost myself, I lost myself Phew, for a minute there, I lost myself, I lost myself
Creo que una buena forma de estrenar este blog es poniendo el videoclip de mi canción favorita, The scientist, de los británicos Coldplay. Hasta ahora han sacado tres discos, Parachutes, A rush of blood to the head (en el que se incluye esta magnífica canción) y X&Y, y tienen previsto lanzar otro a principios de 2008.