Un extranjero siempre será un extranjero: aunque sea dueño de la casa donde vive, la casa donde vive nunca será su casa: aunque sea dueño de las calles que camina, las calles que camina nunca serán sus calles: aunque sea dueño de la mujer que ama, la mujer que ama nunca será su mujer: un extranjero siempre será un extranjero: caminará en la cuerda floja del aire, bordeará la orilla de las cosas, habrá entre su sombra y su prójimo una red de cristal o un muro de piedra: una noche insondable, nada más, como sus ojos.
Rogelio Guedea, Cruce de vías, Menoscuarto, Palencia, 2010.
Rogelio Guedea, Cruce de vías, Menoscuarto, Palencia, 2010.
1 comentarios:
Hermosísimo en su forma, contundente en su formulación.
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