La búsqueda de lo absoluto, René Magritte
SUCEDÁNEOS
El «milagro económico» español que se vino abajo en 2008,
radiografiado en su vertiente más sórdida por un episodio delictivo:
con el fin de que los técnicos de medio ambiente de la Junta de Andalucía
hicieran la vista gorda frente a la destrucción de monte público para
convertirlo en invernaderos de fresas (el «oro rojo» de la costa de
Huelva, que exporta las cuatro quintas partes de la producción), los
propietarios de fincas forzaban a prostituirse con esos funcionarios a
sus jornaleras (mujeres marroquíes, rumanas o polacas). En la finca El Morcillo
se destapó el hediondo asunto…
Muy al comienzo de la Ética nicomaquea (1096a), Aristóteles
desecha sumariamente la vida de negocios como una forma de vida humana
valiosa, porque (1) «tiene cierto carácter violento» y (2) «es evidente
que la riqueza no es el bien que buscamos, pues sólo es útil para
otras cosas». Estas dos obviedades —la violencia del business y el carácter instrumental de la riqueza— han desaparecido casi por completo del horizonte cultural de nuestra época.
El turismo es un sucedáneo, la prostitución es un sucedáneo, el centro comercial es un sucedáneo. Prefiramos los originales.
Jorge Riechmann, Fracasar mejor, Olifante, Tarazona, 2013, pp. 66-67.
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